COMUNICADO




La Plata - 28 de mayo de 2010
La represión en la plaza: El estreno de Casal

Este viernes, desde las 10 de la mañana los estudiantes secundarios de La Plata, a los que se sumaron niños y niñas del nivel primario se encontraron en las calles, en el marco de una rateada organizada vía facebook.

Cerca de las 15, un grupo de adolescentes habría comenzado una pelea y la policía que estaba en el lugar intervino sin dudarlo. El saldo, remarcado por los medios, fue el de un bicipolicía cascoteado. Para las 16 hs un grupo de infantería se había colocado sobre la plaza.
En un momento el grupo de chicos y chicas, aproximadamente unos 300, se reunieron y decidieron quedarse ahí a pesar de la creciente e innecesaria presencia policial. Avanzaron unos metros con piedras, y la policía también avanzo; pero disparando las balas de goma de sus itacas.
Ante esto, los chicos y las chicas se dispersaron. La policía avanzó por el medio de la plaza disparando para todos los costados, le gritaban a los adolescentes que se retiraran y si no lo hacían, gatillaban en dirección a ellos.
A su vez se arrastraron hasta el lugar más grupos de Infantería: uno encerró a los estudiantes sobre los costados de la catedral: mientras otro de los escuadrones siguió corriendo y disparando a los chicos y a las chicas hasta detrás del Normal 1.
A la plaza llegaron la policía motorizada, la policía en camioneta, la policía en patrullero, la policía de civil, la policía montada a pie, la policía en colectivo, la policía 2, la policía en bicicleta, y algunas formas más que seguramente no reconocemos aún. Incluso hay un registro de un uniformado tomando fotos de los chicos y las chicas.
Hasta ahora se sabe que los detenidos fueron 13, de los cuales 9 fueron llevados a la comisaría 1º, y 4 a la delegación perteneciente a la Policía Federal.
Para las 18 hs el operativo contaba con mas de 150 efectivos y ya se había desatado una verdadera cacería: “buscame al de mochila azul”, gritaba desencajado uno de los policías. A pocos metros dos efectivos detenían a otro chico, “ojo, todavía no le pegués que está la cámara”, alertó uno de ellos frente a la presencia de una periodista.
En tanto, había operativos por toda la ciudad: sobre calle 8 la policía requisaba a cuanto adolescente se le antojaba y terminó deteniendo a tres de ellos.
Los efectivos cubrieron la zona de parque Saavedra y diagonal 80 cerca de la estación de trenes. En muy pocos minutos se vieron a muchos jefes, tomando muchas decisiones para mover muchos policías. ¿Y todo para qué?


Secuestrada y desaparecida por una hora
En la esquina de 14 y 51 arrestaron a un chico, un amigo se acercó a preguntar por qué lo llevaban y también lo apresaron. Una amiga que no quiso abandonarlos se plantó, “no puede ser que nos traten tan mal” dijo, y fue lo último que gritó antes que se la llevaron en un móvil de la policía 2.
Durante una hora y media la chica no apareció. Una hora y media para recorrer las 7 cuadras que separan el lugar de detención de la comisaría primera. Cuando los Organismos de DDHH se hicieron presentes en la comisaría primera, en pocos minutos ella apareció. “Me llevaron a pasear”, comentó luego para explicar que la tuvieron dando vueltas.
¿Qué hubiera pasado con ella de no haber existido la llamada que ordenó su restitución?


Los chicos golpeados por la federal
En la Comisaría Federal de calle 49, entre 14 y 15, fueron detenidos 4 chicos acusados de romper el vidrio de un patrullero. Uno de ellos apareció con la boca partida y un chichón en la cabeza: “me apuntaron con un arma, me tiraron al piso y me dijeron que yo rompí un auto, pero yo no lo rompí. Me dieron la cabeza contra un árbol, y tres policías me golpearon”, relató el menor.


¿Quiénes son los responsables?
Gobernador: Daniel Scioli
Ministro de Justicia y Seguridad: Ricardo Casal
Subsecretario de Planificación Estratégica: Guido Lorenzino
Jefe de la Policía Bonaerense: Juan Carlos Paggi
Jefe Departamental La Plata Centro: Alejandro Moreno
Jefe de la Distrital Centro: Daniel Piqué
Jefe de la Comisaría Primera: Marcelo Tidoni
Y la policía federal

Por su parte, los medios masivos de información plantearon la situación en términos de “enfrentamientos” entre estudiantes y policías. En realidad la situación no hubiera sido tan violenta de no haber intercedido la policía. Además, es siniestro equiparar a un grupo de adolescentes con uno de los aparatos armados del estado.
Los medios inflaron el número de chicos y chicas concurrentes llegando a decir que eran 3 mil (las fotos y filmaciones de todos los medios lo desmienten) Y todo esto para vender la idea de que los jóvenes habían “tomado las calles céntricas” y debían ser controlados.

Queda claro que este ensañamiento con los adolescentes no nació de un repollo. Desde que se conoció la iniciativa de los estudiantes de organizarse para faltar a la escuela, la respuesta desde el estado nacional y provincial tendió más a la amonestación de las conductas de los adolescentes que a la comprensión de sus prácticas.
Aunque las viejas amonestaciones quedaron en el olvido, la posta ahora es la bala de goma.
¿Por qué la dirección de niñez de la municipalidad de La Plata y las instituciones de niñez de la provincia se hicieron presentes recién dos horas después de desatada la represión?


¿Quién dio la orden de reprimir a los estudiantes?
“Nadie nos tiene que autorizar” fue la respuesta de efectivos de la comisaría primera. Por otra parte, cuando los organismos de DDHH preguntamos al comisario sobre la orden, éste no supo qué contestar. Todas las detenciones habían sido ilegales.
Ni siquiera habían sido anotados en el libro de guardia, “porque están de paso” según explicó (o embarró) el comisario, desconociendo el fallo que prohíbe que menores sean ingresados a comisarías.
¿Fue el nuevo ministro quien ordenó reprimir?
Es un hecho terrible, aunque esperable, que demostraría la firme convicción de Ricardo Casal de continuar criminalizando y judicializando a niños, niñas y adolescentes.
¿Fue una decisión unilateral de la policía?
Es un hecho igualmente grave porque sería otra prueba del grado de impunidad y de auto-gobierno con que se maneja la institución policial, apañada en su accionar ilegal por el poder político.

Como sea, podemos ver la continuidad en la política represiva del gobernador Scioli al premiar con un superministerio fusionado a Ricardo Casal, un hombre conocido por su pésima gestión dentro del Servicio Penitenciario a su cargo.
Ahora, Casal procede igual que en la cárcel: contribuyendo a una sociedad del encierro, avalando la tortura, las golpizas, el aislamiento (donde los conocidos “buzones” de encierro son una clara metáfora de su gestión).
El panorama trazado no ofrece dudas: lo que ya hizo en los penales ahora podrá hacerlo en la calle.
Pasan los ministros y la política es la misma.
En nosotr@s está el poder para impedirlo.

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